FRENTE A FRENTE

miércoles, 10 de diciembre de 2008

FOTOS ROBADAS, UN CUENTO PARA LOLA

UNA NAVIDAD EN FAMILIA


Mi padre me contó esta historia, Sucedió a principio de la década de 1920 en Montevideo, antes de que yo naciera. El era el mayor de seis hermanos y una hermana, algunos de los cuales ya no vivían en casa de sus padres:

La economía familiar había recibido un duro golpe. El negocio de mi padre, había quebrado, casi no había trabajo y el país estaba al borde de la quiebra. Aquel año teníamos un árbol de Navidad, pero no teníamos regalos. Sencillamente no podíamos permitírnoslo. En Nochebuena todos nos fuimos a la cama con los ánimos bastante bajos.
Pero lo increíble fue que, al despertarnos la mañana de Navidad, nos encontramos con un montón de regalos bajo el árbol. Intentamos mantener la calma durante el desayuno, pero acabamos con él en tiempo record.
Entonces comenzó la diversión. La primera fue mi madre. Todos la rodeamos llenos de curiosidad y, cuando abrió su paquete, vimos que le habían regalado un viejo chal que “había perdido” hacia ya muchos meses. A mi padre le toco un hacha con el mango roto. A mi hermana, sus viejas zapatillas de andar por casa. Uno de los chicos recibió unos pantalones remendados y arrugados. A mi me toco un sombrero, el que yo creía haberme dejado en un restaurante, allá por el mes de noviembre.
Cada una de aquellas cosas desechadas representó una total sorpresa. Al poco rato nos entro tal ataque de risa que apenas podíamos desatar el lazo del siguiente paquete. Pero ¿de donde procedía tanta generosidad? Todo había sido obra de mi hermano Morris. Durante muchos meses había estado escondiendo en secreto cosas viejas que él sabía que no echaríamos de menos. Entonces, en Nochebuena, después de que todos nos hubiéramos ido a la cama, había envuelto los regalos y silenciosamente, los había colocado bajo el árbol.
Recuerdo aquella Navidad como una de las mas bonitas de mi vida.
Texto :Don Graves
Imagen : Aldo Montoro